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Este 2018 ha sido un año de ajustes, inconformidades y preguntas por parte de los productores agrícolas de esta zona norte del pais, especificamente Chihuahua, con respecto al tema de certificaciones y cumplimiento de ley FSMA (Ley de modernización de inocuidad alimentaria), que aunque no es una ley mexicana, nos afecta por la gran cantidad de productos que exportamos a nuestro país vecino. Y una de las caracteristicas que más ha denotado este ciclo de cultivo, es la exigencia más notoría por parte de los compradores, distribuidores y procesadores, que están enfocados en el cumplimiento del llamado Programa de Evaluación de Proveedores, tema que trataremos durante estás lineas.

Iniciemos dando una explicación de este programa implementado en la mayoria de los productos y dejando un panorama claro a la exigencia por parte de los clientes, sin enfocarnos en las definiciones estrictas de la Ley FSMA que tanto nos mencionan. Un programa de evaluación de proveedores tiene su enfoque principal en obtener producto o materia prima con la calidad e inocuidad idonea que permita procesar o comercializar un producto final seguro para los consumidores, cabe mencionar que esta evaluación no es nueva, sin embargo años atrás no se realizaba con tal exigencia. Pero vayamos siendo más claros, si bien un producto puede ser contaminado en cualquier punto de su cadena de manufactura, es decir, desde quien lo produce hasta su consumidor final, y que en cualquiera de estos puntos se podría llegar a eliminar cualquiera de las contaminaciones surgidas en el proceso (desinfección, detección de metales, etc), la prevención, es y será el método más certero y económico para evitar una contaminación.

Una vez definido el objetivo de la evaluación de proveedores, podemos abordar la realidad que está golpeando a los productores con esta nueva exigencia, y es que, si bien es cierto, hace algunos años, se estuvo advirtiendo que la exigencia cada vez sería más estricta y que podría llegar a ser un requisito de venta, fue apenas este año que se detono con mayor fuerza, pero ¿Cuál ha sido el problema de los productores de frutas y hortalizas que tienen esa resistencia al cumplimiento? El problema lo podriamos definir en diferentes vertientes y puntos de vista, por un lado se encuentra el costo beneficio por parte del productor, y por otro lado la exigencia contra los pocos o nulos beneficios que dan los compradores a quienes cumplen con dichos requisitos.

Hablando de la primer vertiente, podemos dar una explicación muy simple que podría permitir a quienes producen alimentos entender los porques de un requerimiento tan básico, como el cumplimiento de requisitos minimos que garanticen que su producción minimiza al máximo el riesgo de contaminación. Y es que puede llegar a ocasionar el mismo daño un balazo en la cabeza de una persona, que un alimento contaminado, la muerte, y esto legalmente ocasiona el mismo problema a quien provoco que la pistola detonara que quien produjo ese alimento contaminado, por ende, es obligación de quien produce alimentos, no dañar la salud de quien los consume.

Y si bien es cierto, la probabilidad de que un productor se vea involucrado en una situación tan compleja como la que se acaba de plantear, es minima, también es cierto que las consecuencias podrían llegar a ser la perdida de una empresa, la carcel de quienes se vean involucrados, y porque no, la afectación emocional de quien ocasiona un daño no intencionado.

Por otra parte se encuentra la exigencia de los compradores, que solicitan un sin fin de requerimientos, que ya no solo se cubre con una simple certificación, ya que actualmente llegan a realizar un listado de verificación que puede llegar a incluir aspectos de inocuidad, calidad, responsabilidad social y cuidado al medio ambiente, pero que al mismo tiempo siguen comprando producto de proveedores que ni siquiera llegan a cumplir con lo básico de una empresa que implementa buenas prácticas agrícolas, con la simple respuesta de tenemos que completar el producto que requerimos. En este sentido es importante por parte de los compradores generar un programa de evaluación de proveedores que sea analizado, con las caracteristicas que requieren para validar al proveedor, y que permita diferenciar a aquellos proveedores que cumplen con todos los requisitos de aquellos que apenas garantizan cumplir con los requisitos minimos, permitiendo categorizar de una manera justa, no solo hablando de un sobre precio (que puede ser un factor) sino de una compra de prioridad, una seguridad, etc.

En medida que tanto productores como compradores logren engranar los beneficios mutuos que conlleva la prevención de contaminación de los productos en toda la cadena alimentaria, se logrará el objetivo de una evaluación de proveedores confiables. Y es que el comprador debe exigir en medida que da las condiciones y los beneficios a quien hace las cosas bien, evaluando todos los aspectos que le permitan categorizar de una manera viable a sus proveedores, ya que tanto los productores seguiran buscando vender sus producciones, como los compradores cumplir con las exigencias del mercado.